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Marta Renato

5 protagonistas de novelas históricas con un carácter inolvidable

Estas cinco novelas históricas ocupan las primeras posiciones en mi lista de lecturas favoritas. Todas ellas han contado con gran éxito internacional y sus protagonistas poseen una personalidad tan única y fascinante que es fácil recordarlos mucho tiempo después de la lectura. Esto es lo que más me gusta de ellos:


Libro abierto con fondo de librería


La fortaleza de Aliena, en Los pilares de la tierra de Ken Follet 

Los pilares de la tierra se publicó en 1989 y desde entonces se ha convertido en uno de los libros más leídos de la historia. Se trata de una gran obra maestra con muchas cualidades, aunque aquí me gustaría destacar una de ellas: Aliena, la protagonista femenina. Es uno de los personajes que más sufre, y a pesar de ello muestra una fortaleza y una voluntad para seguir adelante que despierta nuestra admiración y empatía. Ken Follet consiguió crear un personaje creíble y redondo al que acompañamos durante toda su vida, desde la adolescencia hasta los años de madurez. 


Los pilares de la tierra de Ken Follet

La sensibilidad de Griet, en La joven de la perla de Tracy Chevalier

Griet es una joven de dieciséis años que entra en el servicio doméstico del pintor holandés Johannes Vermeer, en el siglo XVII. Su forma de observar y percibir el mundo es diferente a la de los demás, más sensible y soñadora. El pintor no tarda en detectarlo y le abre las puertas de su taller de pintura y de su vida más íntima. Esta sensibilidad, junto con la inocencia propia de la juventud, hacen que sintamos un especial cariño por Griet y que queramos acompañarla en los grandes aprendizajes que le esperan en casa de Vermeer. 


La joven de la perla de Tracy Chevalier

La independencia de Agnes, en Hamnet de Maggie O’Farrell

Agnes es una muchacha peculiar que vive al margen del comportamiento femenino esperado en la Inglaterra del siglo XVI. Cuando conoce a un preceptor de latín tan extraordinario como ella, no duda en desafiar a su familia para casarse con él. Durante la novela asistimos a una parte de la vida de William Shakespeare que no conocíamos: la doméstica y familiar, marcada por el afecto de su esposa, pero también por el dolor de la pérdida y la separación. Y todo ello narrado a través de los ojos de una mujer decidida, que se gana la vida ofreciendo remedios de plantas medicinales y que ansía la libertad.


Hamnet de Maggie O'Farrell

La compasión de Jacob, en Agua para elefantes de Sara Gruen

Jacob, un estudiante de veterinaria, lo pierde todo durante la gran depresión de los años 30 y sube por casualidad en el tren de un circo. Allí encuentra al amor de su vida, entabla amistad con los artistas más marginados y cuida a los animales con dedicación, a pesar de los míseros recursos que les destinan. Es una novela enternecedora y entretenida, que nos engancha desde el primer momento gracias a la voz narrativa de Jacob en dos tiempos: en su gran aventura de juventud y a través de los recuerdos durante sus últimos años en un asilo de ancianos. 


Agua para elefantes de Sara Gruen

La maldad de Onofre, en La ciudad de los prodigios de Eduardo Mendoza

Onofre es un joven de familia pobre que emigra a Barcelona en el año de la primera Exposición Universal (1888). A causa de los golpes de la vida, las injusticias y las malas compañías, se va transformando en un ser mezquino y cruel, y llega a ser un jefe de la delincuencia y uno de los hombres más ricos del país. Al contrario de lo que cabría esperar, el texto no transmite amargura ni tristeza: el humor característico de Eduardo Mendoza consigue que nos sintamos fascinados por ese truhan inteligente y sin escrúpulos que no se resigna a la pobreza. La primera vez que leí la novela me preguntaba si al final Onofre se arrepiente de sus actos malvados. No lo desvelaré aquí; si lo queréis saber, tendréis que leerla. 


La ciudad de los prodigios de Eduardo Mendoza

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